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Como escribí en el texto inaugural de este blog, la idea original de este grupo de reseñas que forman parte de este ciclo “eco-tecnológico”, nació de la idea de elaborar mi top de los discos más escuchados durante el 2024. En esos mismo días, estuve leyendo la Historia verde del planeta del historiador inglés Clive Ponting, que me hizo replantear o confirmar muchas de las ideas de lo que entendemos por historia de este planeta. Esta lectura, también me propuso un nuevo desafío, y entonces me propuse realizar las reseñas a los discos que había elegido, desde una perspectiva de la historia ambiental. Es decir que trate de construir no solamente una descripción musical de los discos como tal, sino que además traté de incluir aspectos históricos o ambientales relacionados a los países de procedencia de las bandas que grabaron estos discos.
Al final, las reseñas terminaron siendo algo más cercano a la historia que a la música, así que no era material para subir al Abismo blogzine; No está demás mencionar que el Abismo, es un blog de música en el cual escribí haciendo reseñas de discos durante mucho tiempo, años en realidad, y al que últimamente subía ocasionalmente alguna reseña, especialmente mis tops de fin de año. Inicialmente, los tops con los mejores discos de cada año, pero en los dos últimos años además incluí un nuevo top que consistía en un listado de los discos que más había escuchado en el año, una especie de banda sonora del año … “Una cuestión de frecuencias y vibraciones”.
Precisamente de este top de los más escuchado, surgieron estos ensayos que iré publicando próximamente. Dentro de los discos que figuraban en esta lista, estaban estos francés Cadaveric Fumes con su disco Echoing chambers of soul (2021).
Básicamente nos encontramos con un disco de death metal, que por momentos opresivo, pero a la vez melódico. Es cadencioso, y por momentos me hizo recuerdo a Morbid Angel o al Odium de Morgoth. También me hizo mucho recuerdo al antiguo Tribulation, pero salvando las diferencias, estos franceses son mucho más viscerales y no tan progresivos. Sin embargo, tienen otro tipo de progresivo, por momento tienen cosas cercanas a lo gótico, pero más espacial, mas electrónico. De hecho me hicieron mucho recuerdo a Jean-Michel Jarre, pero en una versión más densa.
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Ahora, también es cierto que Francia tradicionalmente nunca se ha destacado por tener grandes compositores clásicos; en el siglo XIX, nunca tuvieron a un Beethoven o a un Chopin, pero en su lugar tuvieron grandes científicos como Jean Baptista Lamarck, quién sentó las bases de la Biología como ciencia, en su obra Filosofía Zoológica (1809), además de plantear la primera teoría de la evolución.
Eso sí, a finales del siglo XIX los franceses tuvieron compositores vanguardistas como Ravel, Bartok o Debussy. Lo que sí han tenido los franceses en el siglo XX, ha sido una perdurable escuela de historia, conocida como la Escuela de los Annales, fundada en 1929 por Lucien Febvre y Marc Bloch. Sostenida en la idea de la “historia de larga duración”, Fernand Braudel planteó en su historia sobre el Mediterráneo, que la historia de las sociedades ha sido modelada por el entorno natural, que además está vivo y en movimiento, y no así estático.
En cierta medida, esta forma de ver la naturaleza fue una herencia del determinismo geográfico que había iniciado Montesquieu, al afirmar que el clima había sido determinante en el desarrollo de las sociedades de la antigüedad. Sin embargo, este paradigma, ha llevado al ser humano a percibir a la naturaleza como algo hostil, una fuerza adversa a la cual había que controlar, ordenar y finalmente, dominar. Y cuando decimos dominar, también ha significado explotarla en beneficio del ser humano, para alcanzar ciertos niveles de confort material y económico.
Es interesante notar, que más allá de que estos pensadores franceses del siglo XX gracias a su “longue duree”, han dado otra idea innovadora y renovada de ver a la naturaleza, por lo menos, siendo conscientes de que esta tiene vida y va cambiando; sin embargo, esa mentalidad determinista de la naturaleza ha persistido y sigue subsistiendo en la memoria colectiva de la mayoría de los países desarrollados del norte.
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